jueves, 16 de septiembre de 2010

Lo que queda.

Odio tener que admitir que lo extraño,
que aveces me hace falta,
que mi tiempo sin el es lento.

Odio tener que pensar y preguntarme
¿qué estara haciendo?, ¿dónde estara?
y que cualquier cosa me recuerde que existe.

Odio que me mire y
no pueda observar que lo
necesito aquí.

Odio que me convenza con
sus palabras, su tono de voz,
que tus mentiras parezcan ciertas.

Odio tener miedo de extrañarlo,
que aún en su ausencia
este presente.

Odio que en tus labios
no hayan palabras de consuelo
para mi y que en tus brazos
no haya calor que dar.

Odio amarte asi, en medio
de tanta soledad, porque solo
ahi te puedo conservar.